Digresión


 

He venido con mucha energía de Sevilla y con el calor en pleno verano solo se puede ir andar a las siete y media de la mañana. Díez mil pasos es mi meta, que llevo dos días cumpliendo. 

El pie va resistiendo a la tralla que le doy, se me queja y protesta y es una advertencia para que pare. Y es que una hora andando es lo mío, más desfallezco.

Es lo que tiene ir con éste pie a rémora de mi cuerpo. Tengo más extensiones de mi cuerpo a rémora. Mi mano. Y es que cada vez más, me cuesta coger cosas con ella. 

¡Dios!. Que paciencia tengo que tener conmigo misma, me retrasa el paso este pie mío. Pero respiro y sigo. No le doy tregua, tengo que cumplir mi meta. Pero que hago con esta cabecita mía tan caprichosa. No hace caso a mis intereses, a cumplir mis objetivos y es que si se le antoja algo lo tiene que coger. Que poca disciplina tienes querida Elenita. Tenemos que ir juntas a una, no te salgas por la tangente, que si no vamos desacompasadas. Hagamos cosas juntas, tengo una meta y tú la estás retrasando con tus caprichos. Se que es cansado. Pero el esfuerzo merece la pena. Mira en otras ocasiones lo hemos conseguido, no te alejes de mi, del objetivo. Estás estropeando la carcasa de nuestro cuerpo y no solo la carcasa si no el interior, a fuerza de no contenerte en tus caprichos. Tenemos una meta que cumplir atente a eso y no agotes mi paciencia, a parte de una lucha contra este cuerpo que se anquilosa cada vez más con la espasticidad, tengo que luchar contigo, cabecita loca. Me tenéis muy cansada, y sois una rémora las dos, el cuerpo y la mente. Cuando me dejareis tomar a mi las riendas e ir todos a una y cumplir las metas. La voluntad se está cansando. Tengo que tirar de vosotras, como un lastre que dificulta el cumplir nuestro objetivo. Es que nos conviene al conjunto de nuestro yo. Por favor hacerme caso. Hacer caso de la voluntad. Cuerpo y mente no pueden ir cada uno por un lado. Tenemos que ir al unísono. La unión hace la fuerza, recordarlo por favor. 

Es una lucha diaria tirar de este cuerpo y esta cabecita loca, pero la voluntad debe ganar la batalla. Soy una digresión de muchas cosas que cada una va por su cuenta y así no hay manera de cumplir ningún proyecto. Si no nos ponemos de acuerdo en ir a una, todas. Es una lucha diaria conmigo misma y ya me estoy cansando. ¡Dios ahora es la espalda la que se queja!, ¿Cuándo acabará esta tortura?. Soy una pura digresión.

No, no me he vuelto loca. He querido exponer un poco la lucha que tengo conmigo misma. La lucha que tiene la voluntad, con el cuerpo y la mente. Un cuerpo doliente que cada parte de él chilla de dolor. La mente caprichosa que no sabe parar y la voluntad que tiene que poner freno a éste disloque y seguir cumpliendo el objetivo de llevar a Elena a buen puerto y cumplir los objetivos y es estar sana, para eso tiene que llevar a su cuerpo a unos límites extremos de dolor y sacrificio, sacrificio es andar cada día, soportar el peso de su cuerpo, el de una ingesta caprichosa y lo que no es ingesta. La voluntad debe someter a cuerpo y mente a una disciplina extrema. Y esta digresión, como la separación de la molécula así estoy yo. Intentando no dividirme demasiado y que cada parte de mi no vaya por su cuenta. Sino llegar a que seamos un todo y vayamos en la misma dirección. Y cumplir nuestros objetivos. 

Se que suena un poco loco, pero toda mi vida asido así una lucha por mantener cuerpo, mente y voluntad unidas y que anden en la misma dirección.

Comentarios

Entradas populares