Restaurar una vida

 


En el transcurso de nuestras vidas transitamos a través de diversas experiencias, unas que disfrutamos vivirlas, otras que encontramos “no tan buenas”, o aún más, algunas de ellas pueden llegar a marcarnos con heridas que necesitan ser sanadas para poder llevar una vida productiva.

Aunque voluntariamente no deseamos transitar caminos difíciles, ni tampoco disfrutamos el proceso experimentado; cuando al pasar el tiempo nos detenemos y reflexionamos, podremos ver como algunas de esas experiencias han producido un buen resultado en nuestras vidas.

Conocemos historias de personas que fueron maltratadas repetidamente por sus seres queridos durante su infancia; hijos que fueron heridos por la desintegración del matrimonio de sus padres, o personas que padecieron enfermedades difíciles, y que no solo sobrevivieron sino que también crecieron como personas mientras eran restauradas sus vidas; gracias a la bondad de Dios las cenizas de destrucción pueden ser transformadas en bellas obras de arte.

El término restaurado, se define como algo que fue recuperado o recobrado al estado que antes tenía, como: “arreglar o reparar una obra de arte de los daños que ha sufrido”; eso es lo que Dios hace con nosotros cuando hemos sido maltratados física y, o emocionalmente. Nosotros somos sus “obras de arte” y Dios es el Creador; como lo dijo el profeta Isaías, nosotros somos barro y Dios es el alfarero. Isaías 64:8.

Ahora, seguramente  nos preguntamos: ¿cómo es que Dios puede obrar si yo no lo veo?, sin lugar a dudas, Dios lo conoce todo y Él puede obrar a través de circunstancias, a través de las personas que nos rodean o directamente en nosotros cuando nos hemos entregado a Él. Cuando los discípulos de Jesucristo le preguntaron: Maestro, ¿cuál es el más grande mandamiento?, Él les respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mateo 22:36-39.

El Señor Jesucristo también les enseñó a sus discípulos una aplicación de este principio a través de la conocida parábola del buen samaritano, un relato acerca de alguien que fue robado, herido y abandonado en un camino por donde pasaron dos personas de notoria posición social y religiosa, que no le atendieron porque podría haberles complicado sus vidas, y es finalmente un extranjero, quien al pasar por donde el hombre estaba, fue movido a misericordia, venda sus heridas, lo lleva a una posada y le paga todo los gastos hasta que lograra su recuperación completa. Lucas10:25-37.

Cada uno de nosotros, somos llamados a hacer lo mismo con nuestro prójimo, a amarlo, a cuidarlo, a respetarlo. ¿Tienes familiares o amigos atravesando una crisis personal, familiar o una enfermedad en sus vidas? ¿Puedes dar algo de tu tiempo o de tus recursos para ayudarles?

En el caso en el que fuésemos nosotros quienes hemos producido la herida, el proceso de restauración lo comenzamos cuando pedimos perdón a las personas a quienes hemos afectado y luego nos tomamos el tiempo, como el restaurador de una pieza de arte, a proceder en amor, mansedumbre y con dedicación, a restaurar esa herida que puede estar en mi hijo, mi esposo (a), mi amigo, mi prójimo. Si por el contrario, nosotros hemos sido heridos y permanecemos padeciendo por las heridas que produjeron otros en nosotros, en espera de ser sanado, restaurados y restablecidos; el Señor Jesucristo nos dice: “Vengan a mí, ustedes que viven angustiados y preocupados y yo los haré descansar”. Mateo 11:28.

Esta es una oportunidad para entregar todas nuestras cargas a Él y recibir el descanso tan esperado. El proceso de restauración de nuestras vidas comienza cuando aceptamos ser tratados por Dios. De la misma manera,  como reparadores de portillos y restauradores de calzadas otrora intransitables, estemos prestos a pedir perdón, a perdonar, a restituir, y a restaurar. Isaías 58:12

“Tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedando atrás en nada”.

Santiago 1:2-4 RVA-2015


Poema:

Tenía nobleza de espíritu 

Tenía voluntad a veces

Pero se le iban las fuerzas

Se le gastaba la vida 


Sentía que no había hecho nada

Que el tiempo pasaba inmisericorde 

Le fallaba el pie

Las piernas casi no la sostenían 


Sentía que tenía que restaurar una vida 

¿Pero cómo?

Cuándo su tiempo estaba pasando 

Y las fuerzas se le iban 


Tenía tantos sueños 

La vida era tan Injusta

Tan voraz 

No tenía sitio en este mundo 


Sus letras, su pintura, su arte

Veía que no tenía cabida en este mundo 

Que la vida pasaba por encima 

Que arrasaba con todo como una ola gigante 


Restaurar una vida

¿Cómo?

Cuándo el tiempo no perdona 

Y lo devora todo 


Tu tiempo es el que es

Y cuando termina 

¿Quién recuerda tu paso por este mundo? 

Si no es a través de tus obras

De lo que dejas en forma de algo tangible 


Cuando pasa una generación, dos

A los abuelos de tus padres

Ya nadie recuerda, si no es por algo que hicieron, que construyeron 


Solo por sus obras serán recordados 


¿Cómo restaurar una vida cuándo está apunto de espirar?

¿Cuándo a penas te quedan unos años? 


Hay gente valiente, que da un giro a su vida

Pero yo no soy nada valiente 

Me gusta lo conocido 

Mi zona de confort 


Pero quisiera un cambio 

¿Pero cómo?

Estoy cansada de rodar por la vida

Sin hacer nada profundo de relevancia 


Estoy cansada de mi papel de víctima 

De mi estado de inestabilidad 

De mi ser, un ser pobre y débil 


Estoy cansada de sostener este pergamino pesado que es mi piel, mis vísceras, mi ser 


Quisiera una segunda oportunidad de hacer mi vida más ligera de la carga de este ser 

Un ser inconformista que se acomoda a una vida que no siente suya

La que le debió corresponder 


Cansada de este papel que le tocó en la vida

Una vida que no siento mía 

Un tiempo que no me corresponde 

Debí nacer más tarde

En esta era de tecnología y oportunidades 

Ser ahora niña en este tiempo me hubiera dado las herramientas para ser otra

Más sabia, más joven 


Siento que la vida no me dio lo que me corresponde 

¿Cómo restaurar esta vida?

¿Cómo restaurar este ser?




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