El que calla otorga

Acrílico sobre lienzo. Creación propia. 

 

Llegué a la edad adulta aceptando y amando mi vida. Pero cada vez más se me enredaba en el dia a día, en las pequeñas cosas, que se van haciendo una montaña, de un granito de arena y es que lo sencillo, se me hace un mundo y lo difícil lo quería superar a base de tesón y esfuerzo. Pero la vida marcha a un ritmo implacable y va arrasando con todo, con mi cara bonita, joven y lozana, y con mis ilusiones, pues el dinero manda y tantos proyectos que tengo... Saco fuerzas de donde no tengo, pero no puedo sacar dinero de donde no hay y mis proyectos que tienen vida propia se me van de las manos, por lo prosaico. No hay nada más lamentable que se te enrede la vida entre los dedos por lo material, por algo, tan volátil, que podía suplirse con un trueque. Pero la vida no va así y se te enreda y enmaraña. 

Y el amor, que sencillo es amar y a la vez que difícil. Amo, me amas. Me dices que eres el amor de mi vida. Pero quieres manipularme, tomar decisiones por mi, dirigir mi vida. Eso no es amor, es querer mandar sobre mi, sobre mis cosas. No voy a pasar por ahí, otra vez no. Se acabó.

Que difícil es la vida, y como te la complicas y es que es como una tela de araña que te atrapa y no te suelta y se te enreda entre los dedos y por todo tu cuerpo y te oprime y te asfixia y cualquier movimiento que haces para liberarte te aprieta más y te ahoga. ¿Que haces, no te mueves y esperas un milagro que te libere?

¿Existen los milagros?

Y abres la ventana y respiras y piensas en que es un nuevo día y puede que sí haya salida y te vistes y aprietas el zapato y el estabilizador del tobillo, no vayas a tropezar en la calle y se avecine un mal día. No. Y él te pone un mensaje: "Eres el amor de mi vida, pero si has tomado esa decisión...."

Y vuelves a sentir esa sensación, la tela de araña, la asfixia. Y volver a empezar y es que la vida... 

Abres la ventana y respiras....